Estudiantes

Cómo fue la curiosa historia del día en que Bilardo firmó su primer contrato en Estudiantes

28 Dic, 2022 Leonel Sánchez Alpino

 Por Leonel Sánchez Alpino. Un agradecimiento especial a Rubén Curciarello, Eduardo Rodríguez y toda la filial "Alejandro Sabella" de La Pampa, por rememorar y compartir la anecdota.

Corría el año 1965 y el Pincha venía arrastrando una serie de temporadas sumergido entre los últimos puestos de la tabla de posiciones, pero Mariano Mangano, presidente del Club desde 1960, estaba decidido a revertir está situación.

A cualquier hincha de Estudiantes que se le pregunte por la década del '60 sin dudas va a responder que se trató de la época más gloriosa de la historia albirroja, y sin lugar a dudas fue así. Por eso suena increíble que apenas tres años antes de salir Campeón del Mundo, el Club estaba al borde del descenso.

En 1961, el Pincha se salvó de bajar de división en la última fecha, gracias a un empate 1 a 1 ante Lanús, con un gol faltando diez minutos para el final, si perdía caía de categoría, pero le dio vida un gol del mediocampista pampeano Juan Carlos "Coco" Rulli (sin parentesco con Gero) tras un tiro libre de Roque Fernández, cuando estaba 1 a 0 abajo.

Archivo:Rulli-Grito-Gol-Estudiantes-Lanús-1961.JPG

En 1962 volvió a sufrir hasta el final, y logró salvarse al terminar tres puntos por encima de Ferro en la tabla de promedios. De esa manera, el conjunto de Caballito descendió junto a Quilmes, y el Pincha sobrevivió con lo justo.

En 1964, la AFA reestructuró los torneos nacionales para ampliar el número de equipos (hasta entonces en Primera División había solo 16), y como parte de dicho proceso decidió suspender los descensos.

A partir de ese momento, Mangano, que hasta entonces había liderado con éxito el proceso de sostener al Pincha en primera, se puso al frente de un nuevo ciclo en la historia del Club: el que culminó con seis títulos en cuatro años, entre ellos la gloría máxima en Old Trafford.

Para llegar a semejante resultado, el presidente y su Comisión Directiva tomaron varías decisiones acertadas, pero hay dos que destacan: el acompañamiento al trabajo que venia realizando Miguel Ignomiriello en la tercera y, ya en 1965, la contratación de Osvaldo Zubeldia como Director Técnico de la primera.

Ese mismo año, Zubeldia se nutrió del plantel de la "tercera que mata", y se incorporaron jugadores en puestos específicos, para completar la columna vertebral del equipo. Entre los refuerzos apareció un apellido que, gracias a su llegada a Estudiantes y al aprendizaje que le legó Zubeldia, terminaría transformando y jerarquizando la historia del fútbol argentino: Carlos Salvador Bilardo.

Ahora bien, todo lo que aquel plantel logró y lo que el Narigón conquistó posteriormente, es historia. Pero hay un dato curioso que vale la pena compartir: cómo fue la llegada de Carlos a Estudiantes.

Cuando hablamos de la llegada, no es una metáfora, no es un análisis de sus inicios, es literalmente el día que se acercó a la sede a firmar el primer contrato. Aquella jornada, Bilardo llegó a 53 y le pidió a un ordenanza que le avise al presidente, la respuesta lo dejó reculando: no estaba.

Resulta que Mangano estaba en la cancha viendo a la "tercera que mata" y, el Narigón tuvo que quedarse a esperarlo en la sede para sellar su incorporación al Club. Otras épocas, claro está, hoy todo se hubiese resuelto con un mensaje de Whatssap.

Pero también una muestra de lo comprometido, no solo institucional sino también sentimentalmente, que Mariano Mangano estaba con el Club, y de la pasión que generaba ver jugar a ese equipo del Profe Ignomiriello.

Y, para culminar, otro dato igual de curioso: cuando llegó al Club, Bilardo pensaba jugar por un año y con el dinero que había ganado, poner un consultorio y retirarse. Pero claro, en el medio conoció a Zubeldia, y la historia, por suerte, quiso otra cosa.

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