Sociedad
La increíble historia de los viajeros rusos que recorren los océanos del mundo en un velero
El viajero y científico ruso, Evgeny Kovalevsky, y su compatriota Stanislav Berezkin, quien es campeón de vela en su país, se encuentran en la Argentina en medio de un viaje increíble, en el que circunnavegaran en un trimarán.
"Tas los pasos de los marineros rusos alrededor del mundo" es el lema de la expedición del velero trimarán 'Russian Ocean Way' perteneciente a la Sociedad Geográfica Rusa, en el que Kovalevsky y Berezkin se encuentran recorriendo el planeta con fines científicos y humanísticos.
La travesía comenzó el 1 de julio en Kronstadt, cerca de San Petersburgo, y tienen previsto regresar a su Patria recién a fines del 2024, tras visitar 40 países.
La expedición dará la vuelta al mundo y conmemorará dos fechas especiales: el descubrimiento de la Antártida por marineros rusos hace 200 años y el 250.º aniversario del navegante ruso Adam Johann von Krusenstern, quien hizo la primera circunnavegación rusa en el siglo XIX.
Desde el 11 de junio pasado se encuentran en el Club Náutico San Fernando, en el norte del Conurbano bonaerense, y se quedarán en la Argentina hasta septiembre, a la espera de que mejoren las condiciones climáticas en el Cabo de Hornos, para poder continuar su viaje atravesando el extremo sur del continente americano.
El trimarán es un tipo de barco multicasco que consta de un casco principal y dos flotadores más pequeños al lado del casco principal con puntales laterales. El que están utilizando Kovalevsky y Berezkin no tiene electricidad, ni piloto automático, por lo que se turnan para conducirlo.
Los navegantes rusos brindaron una charla en el Club Náutico San Fernando para contar sus aventuras y adelantar como continuará su expedición, Punto Capital Noticias estuvo presente en el lugar.
Dentro de las anécdotas relatadas, se destaca las dificultades a la hora de cruzar el océano atlántico, "sufrimos cuatro ataques de tiburones", controlaron los tripulantes, por lo que debieron arreglar la embarcación mientras flotaban en medio de la inmensidad del océano.
Cómo forma de evitar deshidratarse, en cada parada recargan "la mayor cantidad de botellas de agua posible", y también juntan agua de lluvia cuando están en viaje.
"Stanislav suele hacerse cargo de la comida, es un buen cocinero, comemos un día arroz y al otro pasta permanentemente", bromeó Kovalevsky sobre su compañero de travesía.
Sobre la velocidad con la que se mueven por el mar, los navegantes rusos explicaron que la embarcación llega a un promedio de entre cuatro y cinco nudos, con picos de 13. Vale aclarar que un nudo equivale a 1852 metros por hora.
Tras sus exposiciones, en la que incluso se permitieron tocar la guitarra y bromear sobre que lo más difícil de un viaje así "no son los tiburones si no las relaciones humanas", la charla culminó con un fuerte aplauso de todo el público presente.
Su próximo desafío es, nada más y nada menos, que cruzar el océano Pacifico, una vez que la crudeza del invierno se haya disipado, y tengan paso libre por el sur de Tierra del Fuego.