Sociedad

El cansancio y los bajones de fin de año

03 Nov, 2024 Leonel Sánchez Alpino

Por Dra. Silvia Franchi.

En los últimos meses del año el cansancio suele sentirse a flor de piel. Disminuyen los deseos de hacer gimnasia/correr o hacer otro tipo de ejercicios, las ganas de estudiar o de trabajar y el cansancio se instala de tal manera que no se alivia con el descanso nocturno o una siesta, por lo cual disminuyen los niveles de actividad.

El cansancio se asocia a una disminución significativa de la energía que se expresa en menores niveles de actividad y que no se puede explicar a nivel orgánico.

Síntomas de cansancio o fatiga

  • Dificultad para concentrarse;
  • Dolor muscular/articular;
  • Fatiga;
  • Dolor de cabeza;
  • Despertarse con la sensación de no haber descansado;
  • Nudo en la garganta.

El cansancio se origina en el  interjuego de factores fisiológicos, psicológicos y sociales.

Rol de los factores psicológicos

Los siguientes factores ayudan a que el cansancio se perpetúe:

  1. Actitud y comportamiento evitativo: La persona se queja de no haber descansado bien o cuando se acaba la quietud. También puede tener la firme convicción de que algo desastroso puede ocurrir con su salud y posterga actividades, las evita, no se presenta a los exámenes, busca excusas en el trabajo, no concurre a fiestas o celebraciones, etc.
  2. Depresión o bajones del ánimo y somatización, es decir que el malestar se expresa en el cuerpo, a través de síntomas como dolor muscular, molestias digestivas, falta de aire y sensación de agotamiento, así como en el ánimo. La tristeza y el desgano alertan de que puede aparecer un estado depresivo.
  3. Esfuerzos para compensar la falta de autoestima o su disminución. La persona trata de simular su estado anímico y corporal, tratando de compensar con la apariencia de sentirse bien.

Muchas personas se niegan a realizar tratamientos psicológicos porque piensan que es un problema exclusivamente orgánico y buscan ayuda únicamente en los médicos clínicos. Pero también existen las vitaminas y defensas psicológicas.

Cómo la psicoterapia puede ayudar

Si bien aparecen síntomas con manifestación somática, intervienen otros factores tales como pensamientos negativos, ánimo desganado o triste, conductas evitativas y reacciones exacerbadas ante las circunstancias de la vida.

  • Es importante descubrir los factores que perpetúan la enfermedad o el malestar.
  • La persona percibe que el cansancio interfiere en su capacidad para hacer cosas. Aparecen pensamientos catastróficos como:
  • Estoy enferma/o
  • Me siento cada vez peor
  • Me voy a pique
  • No puedo hacer nada
  • Si sigo así, me voy a pasar la vida en cama
  • Suelen tenerse actitudes rígidas y perfeccionistas, que tratan de compensar la auto estima perdida por el cansancio o fatiga y los “bajones”:

“Debería hacer mejor las cosas” o “Debo hacer todo perfecto”

No debería quejarme o mostrar mi debilidad”

“La depresión es signo de debilidad”

  • Conductas: Evitación de las actividades, postergar tareas laborales, dedicarle poco tiempo al estudio dándole vueltas a ideas de que se tiene poca energía, piensan que lo único que pueden hacer es descansar para afrontar la situación, o hacen el esfuerzo de realizar actividad hasta que vuelve a aparecer el cansancio. Se busca atención médica.
  • Animo: Surge un conflicto entre el deseo de realizar actividades y sentirse bloqueada/o por el malestar. Predominan la frustración,  angustia, depresión, malestar y tristeza, aunque muchas personas rechazan la idea de que puedan estar deprimidas.
  • Estilo de vida: Se trata generalmente de personas muy trabajadoras y que persiguen logros tanto laborales, como deportivos o académicos. Tienen gestos o expresiones que demuestran preocupación o excesiva seriedad. Suelen no pedir ayuda.

¿Qué rol tiene la psicoterapia?

Ver cuáles son los problemas subyacentes:

  • Creencias acerca del cansancio, la falta de ánimo, la tristeza o el agotamiento;
  • Comprensión de los síntomas;
  • Explorar las actitudes: Perfeccionismo, aprender a expresar las emociones, no verlas como una debilidad, explorar la autoestima;
  • Dejar de ignorar las emociones;
  • Identificar cómo son las conductas día a día, cuánto de actividad, cuánto de descanso, relajación, cómo es el sueño. Oscilaciones en la actividad.

Toda persona merece prestarle atención a estos síntomas y buscar ayuda terapéutica temprana, antes de que el síndrome se profundice y  acabe en una verdadera depresión. 

¿Cómo modificar actitudes, conductas o estilo de vida?

  • Estabilización para comenzar a realizar tareas graduales, que contrarresten la idea de que “La actividad es peor”. Refutar las ideas de todo o nada; 
  • Comprobar que caminar despacio es un comportamiento fallido, así como decirle a los demás que están enfermos;
  • Se puede mejorar con sus propios esfuerzos y recuperar la confianza en que se puede funcionar bien.

Factores sociales e interpersonales

La situación económico-social argentina ha disparado altos niveles de estrés, insomnio o dificultades severas para dormir, desde no poder conciliar el sueño a despertarse varias veces durante la noche. Es importante buscar ayuda y activar herramientas tanto terapéuticas como de auto ayuda para conectarse con este problema que es una epidemia oculta.

Se sufre estrés por sobrecarga de trabajo durante un tiempo prolongado, sin pedir ayuda o atribuyendo que otros provocan la enfermedad (esposo/a, hijos, amigos, suegros, terceros). Se produce una lucha entre el deseo de recuperar el nivel de funcionamiento normal y combatir el cansancio, generándose un círculo vicioso que incrementa la ansiedad y el estrés. La auto suficiencia no basta y es necesario buscar ayuda, soluciones alternativas, generar cambios para recuperar la calma y sobre todo no perder la esperanza, la fuerza de la resiliencia y la fortaleza espiritual. Cuando un bailarín baila su cuerpo expresa su espíritu y su espíritu se expresa en su cuerpo.

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