Crónicas del mundo
La ciudad española de Córdoba: un gran patrimonio cultural

Por Silvia Franchi.
Visitamos la ciudad de Córdoba, Andalucía, un destino fascinante por su historia y deslumbrante Mezquita-Catedral, además de sus coloridos patios desbordantes de flores y excelente gastronomía. Es posible conocer lo más importante que ofrece la ciudad en un día, aunque para saborearla hacen falta dos días. Se puede llegar a ella en trenes de alta velocidad o en otros de mediana distancia un poco más lentos. Desde el arribo a la estación de ferrocarril podemos comenzar a recorrerla a pié, también dispone de transporte público y es fácil andar por sus calles y plazas, cruzando murallas y estanques. Además, sus habitantes son muy cordiales y nos pueden aconsejar para que podamos encontrar los sitios que nos interese conocer.
Antecedentes históricos de Córdoba
Los primeros asentamientos datan de los siglos IX y VIII AC, cuando llegaron los fenicios y los griegos, que dieron lugar a un importante centro minero y comercial gracias a su cercanía al río Guadalquivir.
En la época romana, Claudio Marcelo funda la ciudad de Córdoba en el Siglo II de la era cristiana, y se constituye en la capital de la Hispania, provincia romana. La ciudad mantuvo su hegemonía hasta que Diocleciano pasó la capital a Hispalis (Sevilla) en el Siglo III. Fue una época esplendorosa por su infraestructura pública, y por su apertura comercial y cultural. Luego se estancó su crecimiento con la invasión visigoda.
Quedan algunos restos arqueológicos de aquellas antiguas civilizaciones, que se pueden ver en la Mezquita-Catedral y en el Alcázar.


Para quienes puedan o deseen extender su estadía, hay otras ruinas romanas, como el Templo de Claudio Marcelo que se pueden visitar en un segundo día.

En el año 711 DC, ingresan los árabes a esta región, para quedarse. Y conviven tres religiones y tres culturas: la judía, la musulmana y la cristiana. Esta convivencia se produce en toda Andalucía, aunque en Córdoba se puede comprobar superlativamente en sus barrios.
Córdoba se convierte en la capital del Al-Andaluz, que es el nombre con el que los musulmanes bautizaron a la península ibérica. A partir del año 756 comienza el Emirato Independiente de Al Andaluz, fundado por el primer emir Abderrahman I, constituyéndose en un estado fuerte y centralizado.
Época de los Reinos Cristianos

El rey castellano Fernando III ingresa en 1236 con sus tropas a la puerta de la ciudad de Córdoba, la toma o conquista y ordena la construcción de 12 iglesias parroquias fernandinas católicas.
En 1349 Córdoba se ve trágicamente afectada por la peste negra, que trae inmensos índices de mortandad, falta de alimentos y de dinero, que someten a la ciudad en una gran crisis tanto económica como social.
En 1450 los Reyes Católicos organizan un gran ejército y dan el golpe definitivo en el reino de Granada, que representa el final de todo el dominio musulmán.
El Judaísmo en Córdoba

El rey Fernando III promulgó el mismo trato a cristianos, musulmanes y judíos. La convivencia fue pacífica hasta finales del Siglo XIII, época en la que comenzó a deteriorarse la misma debido a la propaganda antijudía y la radicalización de los eclesiásticos cristianos. La Inquisición trajo oscuridad, instaurada bajo el reinado de los Reyes Católicos a finales del siglo XV y persiguió a los judíos conversos sospechosos de practicar sus ritos en privado.
En la visita a la ciudad de Córdoba no debe faltar un recorrido por la Judería, que conduce a una pequeña sinagoga, dentro del centro histórico, separado por una muralla del resto de la antigua ciudad. Se puede ver el monumento a Maimónides en la Plaza de Tiberiades. Maimónides es considerado uno de los pensadores más influyentes en teología y filosofía occidental, médico de príncipes y príncipe de médicos.

Muy cerca se encuentra la Sinagoga; se trata de un edificio pequeño y muy antiguo, de estilo almohade aunque fue un templo judío muy apacible.


Siglo XVI al XX
Desde 1700 la ciudad fue liderada por la dinastía borbónica y se produjo una importante reforma urbanística, con preponderante estilo barroco. La población creció aceleradamente y Córdoba se convirtió en un centro cultural muy importante. Es declarada Patrimonio de la Humanidad por su Mezquita-Catedral en 1984, el centro histórico en 1994, la Fiesta de los Patios en primavera, cuando se exhiben jardines desbordantes de flores, en 2012 y la Medina Azahara en 2018.
El Puente Romano
Se construyó sobre el río Guadalquivir en el Siglo I AC y sufrió reconstrucciones y reformas; es uno de los lugares más visitados por el turismo y se puede apreciar una hermosa vista de la ciudad y el río.

En el fondo se aprecia la Torre de Calahorra, una fortaleza de origen islámico, construida como entrada y protección del Puente Romano, que alberga el museo de Al-Andalus.


La gran Mezquita-Catedral de Córdoba
Es la representante central de la ciudad de Córdoba y no debe faltar en cualquier recorrido que se realice por Andalucía, o aun para quienes se asienten en Madrid por varios días, ya que se organizan excursiones desde la Capital de España.
La Mezquita-Catedral se construyó en diferentes periodos y es realmente inmensa. Cuenta con grandes salas de oración y un patio porticado. En su parte exterior se ven puertas de entrada de otras épocas de diferentes estilos, desde cuando era Mezquita y de cuando devino Catedral. Se pueden apreciar el estilo árabe y el estilo cristiano.
En distintas vitrinas se conservan testimonios de las épocas más remotas.




Al ingresar a la Mezquita-Catedral nos invadirá el asombro, que permanecerá mientras la vayamos descubriendo paso a paso, desde las cúpulas a las columnas y hasta el piso, es una obra única de la mano del hombre, que trabajó en ella en nombre de su fe y su devoción, ya sean musulmanes o cristianos. Su arquitectura es perfecta y los arcos son simétricos.

Los arcos en forma de herradura fueron construidos en épocas del Emir Abderrahman I, en el año 785 DC, con capiteles y fustes visigodos de piedra y ladrillo de la época. Luego, Abderrahman II continuó con la ampliación de otros tramos, a partir del año 822. Finalmente, Abderrahman III en el año 929 la hace aún más esplendorosa, amplía el patio y el nuevo alminar, y agrega nada más y nada menos que 12 tramos más, utilizando mármol rosado y azul.

Las cúpulas son bellísimas y tienen un fino trabajo que imita la orfebrería, siempre con motivos vegetales y geométricos. En la cultura musulmana no se representan figuras humanas ni animales, lo que nunca se observará en ninguna mezquita del mundo.

Por las puertas, llamadas quiblas, se ingresa al mihrab, lugar de oración. Cabe recordar que los musulmanes oran cinco veces por día.


La Catedral Cristiana
Al recorrer la Mezquita, en otro sector, sorprende la Catedral Cristiana, que irrumpe con una gran fuerza y conforma un ensamblaje perfecto de convivencia entre las dos religiones, que refleja una gran apertura en la relación entre ambas culturas. Si nos dejamos llevar por la imaginación a aquellos tiempos, podemos pensar que en la misma ciudad estuvieron los romanos, luego los visigodos, más tarde invadieron los musulmanes y ya había judíos desde la antigüedad. Hasta que llegaron los cristianos a recuperarla e impusieron la fe católica. Semejante fenómeno histórico se refleja en este gran monumento que es un baluarte del Patrimonio de la Humanidad.

En la Catedral hay varias capillas que reflejan el bautismo, la crucifixión de Cristo, la resurrección, grandes obras pictóricas, oro por doquier y sobre todo, belleza y arte.


La Catedral se construyó durante el reinado de Carlos V en el Siglo XVI y su estilo es Renacentista, el imperante en esa época.

Existe un museo dentro de la Catedral con objetos de la liturgia, otros realizados en oro, crucifijos de distintas épocas. Cuando salimos de la Catedral, nos encontramos con la torre del campanario, decorada con una combinación de estilos muy elegante.

Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba
A los márgenes del Guadalquivir, se erige el Alcázar de los Reyes Cristianos, construido sobre el antiguo Alcázar de los Omeyas, que había sido residencia real de Abderrahman II. Luego se instauró el Califato de Córdoba y la Corte se trasladó a la Medina Azahara.

Tras la conquista castellana de la ciudad, el Alcázar fue tomado por Fernando III, el clero y la nobleza. Es un edificio amurallado que le falta conservación aunque se está restaurando. Tiene una sala muy interesante en la que se exhiben excelentes mosaicos romanos muy bien conservados y que son verdaderas obras de arte.


El alcázar cuenta con una torre, las salas principales con pocos objetos, un gran estanque central y otros que recorren los jardines. Los exteriores de estilo árabe siempre cuentan con una gran vegetación y estanques que dan frescura. En verano las temperaturas en Córdoba sobrepasan los 40 grados C.

Hay unas esculturas de los reyes cristianos y Cristóbal Colón, que aluden al acontecimiento histórico del descubrimiento de América en esa época.

Los patios de Córdoba
Otro de los atractivos de la ciudad son los jardines de los patios de Córdoba en las casas de los vecinos, con una explosión de flores en macetas colgadas durante los meses de la primavera, especialmente en mayo, cuando se elige cada año el mejor jardín del Concurso de los Patios. Los vecinos ponen un gran esmero en conservar los jardines, y se ocupan de que las flores estén cuidadas, realizando el riego diario.


Nos despedimos de Córdoba por uno de sus antiguos portales, después de haber vivido una experiencia inolvidable en una ciudad con tantos elementos integrativos y una historia fascinante.
