Crónicas del mundo

La radio, eterna compañera

20 Oct, 2024 Leonel Sánchez Alpino

Por Silvia Franchi.

Cien años de la radio

El 27 de agosto de 1920 Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, estudiantes de Medicina, dieron inicio a la radiofonía argentina con la transmisión de la ópera Parsifal desde la terraza del Teatro Coliseo. Vale la pena celebrar este centenario desde la primera emisión programada en Argentina, ya que antes se habían realizado intentos experimentales esporádicos con la así llamada radio galena. Aquellos locos de la azotea se lanzaron con este medio innovador, sorprendiendo a una gran cantidad de público que disfrutaba de escucharla en familia, sorprendidos por este medio innovador.

Argentina fue pionera en materia radiofónica de habla hispana, siendo el tercer país del mundo que realizaba transmisiones regulares. Fue tan grande el suceso que los conciertos continuaron con las óperas Aída, Iris, Rigoletto y Manón desde el Teatro Colón. Con el tiempo se fueron incorporando las noticias que eran casi charlas entre vecinos.

La radio es compañía

Es un medio que acompaña desde la mañana a la noche, desde la tarde a la mañana, desde la noche al día, y hay programas para todos los gustos y necesidades.

La radio ofrece entretenimiento que no obstaculiza que una persona esté realizando otras tareas, o si desea escucharla andando por la calle o tenerla de fondo cuando se estudia. En otras épocas reunía a las familias para escuchar sus programas, música, noticias, radionovelas, comentarios, opiniones, etc. Inclusive se podía asistir a los programas de radio en vivo en sus emisoras, adonde las orquestas tocaban personalmente junto a los cantantes. La radio era presencial para quienes desearan apreciar los espectáculos en el momento de la transmisión.

La gente puede comunicarse, saludarse, expresar sus inquietudes, realizar pedidos por temas especiales o si desea escuchar una música en particular. Es tan versátil que se convierte en un sistema abierto y que no puede faltar en la vida de cualquier persona a cualquier edad, hasta en los más lejanos confines de la tierra.

Viajar por donde se quiera

Su portabilidad hace que se la pueda escuchar en cualquier lugar desde un celular o una tablet. Muchos años atrás tuvo un gran éxito la radio a transistores, que permitía escucharla por la calle, en un medio de transporte y nadie iba a perderse el partido favorito de fútbol„ cuyos relatores exaltaban las jugadas y los gloriosos goles. También se la llevaba a la playa para escuchar música y no perderse los temas favoritos, aunque podía molestar al vecino de al lado.

La radio permite viajar adonde se quiera, transmite noticias de todo el mundo y conecta a las personas con distintas realidades de lugares que quizá nunca llegue a conocer, dentro de las fronteras de su país o en cualquier otra región, desde la Patagonia a Rusia.

La radio es ”descontracturada”

Por su forma de transmisión, la radio permite las salidas humorísticas que pueden irrumpir en cualquier momento, así como informar noticias dramáticas y conmovedoras, es histórica y entrañable. Surgen las trastiendas de las noticias, discusiones, opiniones diversas en el “off the record”. La noticia del día ha sido elegida cuidadosamente por los periodistas y conductores expertos en el medio, que pueden expresar el palpitar del momento, ya que la materia prima es lo que se dice en la radio.

La inmediatez

La radio es inmediatez, se puede saber lo que ocurre momento a momento, desde los datos del clima a cómo está el tránsito, los eventos que ocurren, intereses que pueden despertar a las personas en cada comienzo del día y al instante. Es el máximo exponente de la inclusión, ya que gran cantidad de personas mayores prefieren la radio a cualquier otro medio electrónico como el celular o las redes. La radio es una gran amiga y muchos siguen sus programas preferidos, los que eligen como compañía y entretenimiento.

Las radios locales

Cada ciudad, pueblo o región cuenta con sus propias emisoras, que reflejan los intereses de cada lugar. Es aconsejable, al momento de planificar un viaje, escuchar la radio de esa localidad y ponerse a tono con cuestiones culturales de cada lugar, costumbres, música, espectáculos, opiniones, eventos, etc.

Viajando en un tren y conectados a radios locales por Italia, uno puede enterarse de por qué dejaron de existir los sangrientos circos romanos con la llegada del Cristianismo. El Imperio Romano estaba totalmente manchado de sangre hasta la instauración del Cristianismo que marcó una nueva era para la Humanidad. Si se anda por Barcelona se puede saber a ciencia cierta cómo van los grandes clubes de fútbol o qué concierto se transmitirá en Berlín. Andando por Córdoba se escuchará música cuartetera y chistes a la carta todo el día.

La radio abre la mente, responde a inquietudes, acompaña en cualquier instante y ahuyenta la soledad. La radio es la mejor compañera de viaje por la vida.

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