Crónicas del mundo
Un día en Beijing, segunda entrega: Ciudad prohibida, templo del cielo y palacio de verano

Por Silvia Franchi
Comenzamos el día visitando la famosa Plaza de Tian Anmen, espacio en el cual ocurrieron casi todos los eventos políticos en el último siglo en Beijing, la Capital de China, y sigue siendo un lugar en el que los ciudadanos salen a expresarse por cuestiones políticas y sociales que puedan aquejarlos.

Desde allí ingresamos al imponente complejo palaciego de la Ciudad Prohibida, espacio que narra la historia de China desde hace 500 años, a partir de la dinastía Ming y hasta la dinastía Qing, fue la residencia oficial de los emperadores y su corte, y centro ceremonial y político del gobierno. Se construyó entre 1406 y 1420. Cuenta, nada más y nada menos, que con 980 edificios sobre una superficie de 72 hectáreas. Su arquitectura es el arquetipo palaciego chino original y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.
Se la denomina Ciudad Prohibida porque nadie podía entrar o salir del palacio sin autorización del emperador. Es una ciudad amurallada dentro de la ciudad de Beijing. Visitada por 80 millones de turistas por año (en tiempos normales) es una maravilla histórica imperdible. Los turistas vienen del mundo entero y también la visitan numerosos turistas chinos de otras ciudades y rincones remotos para apreciar su historia.
El ingreso está vigilado y muy ordenado, en virtud de la enorme cantidad de personas que visitan el complejo.

Puede observarse la muralla que siempre demarcó el limite entre los gobernantes y el pueblo.


Vamos pasando de un edificio a otro en un recorrido parcial pero que refleja lo esencial de la ciudad. Subiremos por los laterales de la escalinata que fue inmortalizada en la célebre película “El último Emperador”, dirigida extraordinariamente por Bernardo Bertolucci, estrenada en el mundo entero en 1987. Es una película de género biográfico que obtuvo 9 premios Oscar, basada en el libro “Yo fui emperador de China”. Fue la primera película que tuvo el visto bueno de las autoridades chinas.

El emperador es un niño de 2 años cuando asume el trono en 1908 después de quedar huérfano de su padre; fue adorado como Divinidad. Hay una larga trayectoria en su vida, hasta que tuvo que abdicar frente a las fuerzas republicanas. Luego soportó la invasión japonesa, convirtiéndose en títere de esas fuerzas. Hasta el día de hoy los chinos aborrecen a los japoneses, quienes no visitan China como turistas por temor a ser atacados. La invasión japonesa fue cruel y despiadada, dejando huellas de dolor y rencor en el pueblo chino, quienes fueron víctimas de torturas, fusilamientos y todo tipo de aberraciones.
Finalmente el Emperador fue removido y encarcelado por la Revolución Comunista que triunfó en China. Terminó trabajando como jardinero, igual que cualquier ciudadano común y corriente, producto del gobierno de Mao y de la revolución cultural. En realidad, nunca gozó de libertad alguna.
Es interesante ver en la televisión china series en las que se muestra la maldad y los excesos de poder de los emperadores, que mantenían al pueblo sometido. Se muestran estas películas para que la gente no lo olvide y adhiera a la nueva era comunista que los benefició. Otra curiosidad de la televisión china son los espectáculos musicales, en los que cantan sus ídolos, con gran despliegue de escenarios e indumentaria de lujo, particularmente las mujeres usan trajes impactantes de seda y brillantes. La televisión es el entretenimiento número uno de los chinos, y casi todos acceden a tener televisores de gran tamaño en sus casas.


Pueden observarse los detalles más puros de la arquitectura china, proyectada a todo el Imperio en muchos otros palacios ubicados en distintas localidades. Se ven figuras míticas, esculturas de tortugas representantes de la longevidad y porta sahumerios para espantar el mal. En el complejo, además de la familia real y la corte, vivían numerosos sirvientes, concubinas, cocineros, guardas, que ocupaban buena parte de los edificios. Las reglas del trabajo eran muy estrictas y las faltas severamente penalizadas. No se puede ingresar a los edificios que se encuentran vacíos, dado que fueron saqueados por la revolución comunista.

Hay espacios de jardines en los que pueden observarse árboles muy añosos con troncos de formas nunca vistas y preservados perfectamente.



Es muy común ver pequeñas murallas de piedras en los palacios, que significan una especie de barrera de contención para evitar la entrada del mal o un ataque enemigo.

Cuando finalizamos el recorrido saldremos por la parte de atrás del complejo que da al río, es decir que el palacio estaba amurallado en el frente y un costado, y rodeado por el río en la parte de atrás y un lateral.

Almorzamos y luego vamos a visitar un comercio en el que se exhibe y vende el gran universo de las perlas chinas, muy apreciadas a nivel mundial, con collares y joyas preciosas. También hay objetos decorativos como perros, panteras o tigres hechos en perlas. Las perlas pueden ser blancas, rosas o negras, según su procedencia y las joyas conforman una larga tradición china. Muchos turistas compran varios artículos para llevar de regalo porque consideran que están a buen precio. También hacen cosmética en base al polvo de perlas. Las empleadas hablan perfecto inglés, son muy sociables y excelentes vendedoras.



Nos dirigimos a otro lugar muy interesante, el Templo del Cielo, un edificio circular que alude a la infinitud del Universo. Era un espacio de oración para pedir buenas cosechas, y está decorado en colores vivos: rojo, azul y amarillo. Lamentablemente, no se puede acceder a su interior adonde hay columnas que representan las estaciones y meses del año.


El edificio está rodeado por el muro del eco, por sus propiedades acústicas. Una palabra puede escucharse hasta el lado opuesto.

Y finalmente, nos dirigimos a uno de los palacios de verano, en donde hay pocos edificios, pero abunda la vegetación que da al río, en donde se puede realizar una navegación. Hay un espacio para las ofrendas y los pedidos a los dioses, simbolizados por unas placas de color rojo. Es un lugar de esparcimiento.




Y no faltará el punto de venta de souvenirs, con objetos para mayores y niños, ropa divertida, sombreritos decorados, abanicos, en fin, hay para todos los gustos.
